Tecnología y Sociedad - 2002

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Software Libre: arando en el mar

Revista IT/Users

Algunos creíamos que la llegada de Internet, el Correo Electrónico, el abaratamiento de los PCs y otros factores determinantes de la realidad global del tercer milenio, traería a nuestro país una mejor comprensión en el común de las gentes de la realidad de la industria T/I, sus necesidades, su lógica, sus principios motores y su dinámica generadora de valor.

Craso error, lamentablemente. Mientras escribo este artículo se encuentran en Comisiones del Congreso hasta 4 proyectos de Ley que buscan limitar las adquisiciones del Estado al Software Libre, generando no sólo gran preocupación en la comunidad tecnológica de la Administración Pública por las serias limitaciones que esto implicaría para su labor, sino también en la industria del Software Nacional.

Más del 20% de la producción de Software nacional va al Estado Peruano y la infraestructura física y técnica de esta industria (Hardware, Software y personal), está operando con una asignación de costos y estándares tecnológicos que asumen que el Estado es un cliente similar en sus demandas al sector privado y decir similar no implica que su legislación sea similar ni que su marco de acción tenga la misma libertad que el sector privado. Significa que refleja necesidades tecnológicas similares, demanda por productos y servicios similares, tanto al sector privado local como al resto del mundo estatal y privado, a quiénes exportamos Software Nacional.

Es que la globalización hace que los procesos de cualquier acción humana, estatal o privada, converjan en corrientes de eficiencia y efectividad o interrelación e interconexión similares en el campo de las T/I, más allá de los designios o deseos de los legisladores o académicos de cualquier latitud. Por ejemplo, la predominancia de Microsoft en Software de PC’s o de IBM en los Servidores UNIX no invalida una opción libre, pero por lo mismo, el crecimiento de esta última tampoco puede invalidar a las anteriores. Ningún proveedor, libre o propietario, es dueño de la verdad sino el usuario, que decide que es lo que realmente necesita.

La promulgación de una ley como se proyecta, implicaría un grave daño inmediato no solo a la operación, eficacia y eficiencia del Estado, sino a la Industria Nacional de Software por lo expuesto líneas arriba y por su enfoque controlista y no promotor, generador de licencias, permisos, excepciones y otros, creados para mitigar los dolores y costos de una migración no planeada ni cuantificada. Más aún, su aplicación se hace imposible en las instalaciones de sistemas mayores como los que procesan la recaudación en las instituciones generadoras de los mayores ingresos fiscales, por lo que se implantan trámites de excepciones, creadores de burocracia y no de valor para la acción del Estado.

Resulta increíble, que sustentándose en:

a) El “potencial (sic) código espía” supuestamente presente en el Software propietario y la seguridad del estado y los ciudadanos (referida a la información del estado, entre otras cosas)

b) La libertad de los ciudadanos a acceder a la información publica

c) La perennidad de los datos públicos,

se genere sin lógica que la refrende, la necesidad de crear y aprobar Proyectos de Ley para limitar a las entidades estatales a usar obligatoria y exclusivamente Software Libre.

Analizando técnica y lógicamente la asociación positiva de estos principios con el Software Libre y negativa para con el Software Propietario, se los puede rebatir fácilmente con las limitaciones propias del espacio en este medio:

a) La existencia “potencial” de código espía no debería ser siquiera una conjetura a considerar, puesto que en algunos de los Proyectos de Ley, las Fuerzas Armadas sí podrían adquirir Software Propietario vía una excepción permanente. Razonemos: si el nivel de seguridad de nuestras FF.AA. les permite usar Software Comercial, ¿por qué éste no sería suficientemente seguro para otros organismos Estatales?, además ¿no es más probable que algún programador – modificador de Software Libre dentro del Estado tenga mas interés en generar vías de ingreso a sistemas nacionales que un programador comercial radicado por ejemplo en la India? Huelgan comentarios.

b) La información a la que el ciudadano accedería no es al “Software” sino a aquella que este Software procesa y luego guarda en archivos o tablas de datos que se leen y escriben vía Software Propietario o Libre. ¿Por qué no definir entonces formatos estándar para los archivos digitales del Estado? Confundir los formatos en que se guarda la información con el cómo se procesan los datos (código) que dan origen a la misma, es por lo menos desconocimiento o ignorancia del tema. Más aún, los formatos son en su inmensa mayoría de dominio público y no restringen acceso alguno, lo que hoy permite que el Software Libre y el Propietario traduzcan, lean y escriban innumerables tipos de archivos entre ellos. Curiosamente la libertad de acceso a la información digital del Estado en estos términos, estaría más restringida al ciudadano que no tiene como usar un PC e Internet con o sin Software Libre y no por ello se legisla para que todos tengamos un PC, ¿o sí?.

c) Toda condición de perennidad de datos está obviamente relacionada, primero o tanto, con la forma física y luego o como, con el formato lógico en que se almacenan los mismos. Considerando lo ya dicho en párrafo anterior, el Software no se encarga del formato físico de los datos, de la “media” estrictamente hablando, pues no decide cual es el material más eficiente o perenne en que se va a almacenar los datos. Hoy un CD es común, hace 3 años no lo era tanto y en 3 más quizás este pasado de moda. ¿Puede una ley de Software Libre lograr la verdadera o máxima posible perennidad de los datos por sí sola? Es claro que no, ¿es que se debería legislar también sobre los medios físicos de almacenamiento entonces?

Los proyectos se apoyan también en la supuestamente impostergable necesidad que el Estado conozca al mínimo detalle como se procesan los datos para proteger a sus ciudadanos y su información, por ello afirman que se necesita dominar y conocer íntimamente el código fuente del Software.

Si fuera cierto, ¿por qué entonces no preocuparse por la VERDADERA forma como se procesan los datos? ¿Qué hay del Software contenido dentro de los CPUs, Modems, NICs y otros circuitos que en verdad “procesan” información o peor aún, la transmiten entre redes globales como el Internet? ¿Es que Intel, AMD, 3com, Cisco o Motorola deberían compartir con el Estado sus códigos fuente también? Si la lógica de los proyectos de ley tuviera estricto sustento, la respuesta sería evidente e increíblemente sí, pero la verdad esta más cerca de un supuesto dilema entre elegir Linux o Windows (Microsoft).

Luego de asistir el 10/6/02 la Comisión de Defensa del Consumidor donde se presentó la posición de APESOFT y donde representantes de los promotores del uso de Linux expusieron sus ideas al respecto, opino que la creación de estos proyectos estriba realmente en:

* El conocido uso indebido (sin licencia) de Software Propietario en el Estado, para lo cual simplemente correspondería al Poder Ejecutivo aplicar si lo desea medidas administrativas para obligar a sus entidades a usar Software Libre cuando puedan y deban o por último negociar con los proveedores sin necesidad de crear barreras tecnológicas al Estado y distorsiones del mercado. (Se presume también que limitando a todo el Estado a usar sólo Linux y Software Abierto, habrá ahorros considerables aunque ellos no estén aún debidamente cuantificados ni comprobados).

* Un fundamentalismo filosófico - tecnológico por parte de los promotores del uso de Linux que quizás fungiendo de asesores o de promotores de ideas en el Congreso (lobby), habrían llegado a convencer a algunos de sus miembros que el Software Libre (específicamente Linux) es la única salida para el desarrollo tecnológico del Perú llegando a afirmar en la Comisión del Congreso que al respecto “la industria privada no ha hecho nada en todos estos años” (sic.)

Resultó especialmente curioso apreciar en esta reunión, como se llegaba a conclusiones yendo de lo particular a lo general. Usando ejemplos como el uso de Linux en la NASA, el Pentágono, y grandes empresas nacionales, donde Linux no es usado como excluyente de otras alternativas tecnológicas, se deducía que el Estado peruano podía usarlo sí excluyentemente y que de hacerlo, “no se caería el mundo” (sic.). Preocupante conclusión para quienes vivimos la realidad de la industria IT día a día.

La confusión de conceptos técnicos y lógicos en estos proyectos es tal, que no se diferencia entre sistemas operativos, compiladores, bases de datos, herramientas, middleware, elementos de seguridad, aplicativos etc. etc., pues de intentarlo, como anticipará el lector, la ley tendría que cubrir innumerables combinaciones y casos, por lo que se afirma se manejará este inmenso problema mediante un sistema de excepciones, permisos y planes de migración dilatados, pero hasta hoy ciertamente indefinidos y en el futuro inmanejables.

Creo que quizás motivados por lo que podría ser un intento por prescindir específicamente de Microsoft y sus productos del sector gobierno, se ha llegado a suponer que todo producto que no tenga Linux o código libre detrás, es Software pernicioso, monopólico, generador de dependencias tecnológicas, conculcador de las libertades de los ciudadanos, freno al desarrollo, abusivo y dominante de las mentes de los individuos y solo preferido por el “inocente usuario” por las campañas marketing de las grandes multinacionales.

Lamentable subestimación de los conocimientos, la capacidad de análisis y nivel técnico de nuestros empresarios, desarrolladores, profesionales y la comunidad IT nacional en su conjunto, ciertamente.

Esperamos, por el bien de nuestra industria, que las Comisiones del Congreso archiven estos proyectos controlistas y los reemplacen por uno de Fomento a la Industria del Software Nacional, por ejemplo. Legislar para controlar no es en este caso necesario ni productivo y un enfoque fundamentalista abstraído de la realidad y las posibilidades del Estado no le haría ningún favor a los usuarios y desarrolladores serios que apuestan por Linux, plataforma válida y robusta que ocupa muy merecidamente un destacado lugar en nuestra comunidad IT.

Ahora bien, de allí a convertir a Linux o cualquier otro elemento, Libre o Propietario, en el único camino posible, hay un gran trecho que quiénes tenemos algunos años en esta industria hemos aprendido a la luz de las evidencias y una realidad IT que felizmente siempre fue global, a no emprender precisamente, para no arar en el mar.