Tecnología y Sociedad - 2007

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¿A 100 dólares de distancia de una mejor educación?

Sé que puedo sonar a redundante después de haber criticado con argumentos similares el Plan Huascarán en una importante revista política local en el 2001.

Sé también que puedo perder amigos y merecer adjetivos diversos por mi posición algo herética en cuanto a la aplicación del PC en la escuela, pero me niego a callar lo que pienso y prefiero todo lo anterior a seguir el curso facilista de promover un dispendio que se entiende tecnológicamente “correcto” pero que insisto no tendrá resultados positivos apreciables, lo que sinceramente creo es más cierto y predecible.

Mientras que Ud. amigo lector recibe mi mensaje, nuestros gobernantes discuten si la PC de 100 dólares del Sr. Negroponte (ya dijo que son aproximadamente 175 dólares en lotes de 250 mil unidades en realidad…) es la solución a la paupérrima educación que nuestros compatriotas reciben o si es un componente imprescindible para lograr ese cometido.

Parece ser que preferimos discutir si una PC u otra son la alternativa, parece también que se esconde una verdad supuestamente indiscutible en todo este tema: el supuesto que una PC es la solución al problema y creo que hay un bosque que no vemos, por tener el árbol al frente.

Hoy mismo, nuestros alumnos son mayoritariamente INCAPACES de entender lo que leen, incapaces de realizar razonamientos matemáticos elementales y por último carentes de medios para mejorar sus conocimientos como buenos profesores, bibliotecas o carpetas y hasta techo en sus aulas. Mientras esto sucede, nuestra clase política apoyada por tecnócratas miopes pretende vendernos lo digital como solución, como sebo de culebra para mejorar o cubrir nuestras necesidades educativas más elementales.

Nuestra clase política ha pasado los últimos años tratando de inculcar en nuestra juventud la enseñanza tecnológica per-se, como si la sociedad en la que vivimos requiriera inexorablemente de esas habilidades, antes que las más básicas competencias que todas las investigaciones de campo demuestran hoy ausentes como la capacidad de discernimiento, razonamiento, apreciación de valores y comprensión más elementales. El discurso simple de enseñar computación (hoy ya no sé qué es eso) ha invadido todas las promesas políticas y electorales pero nuestro problema persiste y no será resuelto así.

Nuestras clases política y la tecnócrata creen o “se venden a sí mismas” desde una óptica tecnológica cincuentona, que la capacidad de nuestros jóvenes para “aprender computación” requiere de ayuda, de una iniciativa gubernamental, antes que la simple oportunidad de acceder a la comunicación computacional (léase Internet) y entonces nuestros gobiernos se desesperan por hacer algo al respecto para beneplácito de padres de familia que no entienden del asunto, del común de los proveedores de equipos y para buena parte de la comunidad tecnológica en la que nos desempeñamos la mayoría de lectores de esta revista.

Seamos honestos, dejemos ya de formar parte de esta corte, no importa qué.

En lo personal, creo que atribuirme una posición oscurantista después de más de veinte años de carrera IT no sólo sería injusto, sino que me releva de mayores comentarios y lo digo muy humildemente.

Entre otros mitos creo que la educación no es computación, creo que no se “aprende jugando” pues enseñar y aprender no son un juego sino una de las interacciones mas complejas de nuestra sociedad.

Creo que no es mejor establecer una red digital entre alumnos de una misma aula que desarrollar la simple red social tradicional que crea una discusión entre profesor y alumnos. En mi opinión todo eso es una gran mentira y una traición a los conceptos más básicos del aprendizaje y la enseñanza, allá los que quieran creer o convencer a los demás de esta gran farsa.

A veces me pregunto cuántas personas de las que propugnan esta enseñanza basada en el paradigma IT, enseñanza digital “interactiva” desearían que sus hijos o ellos mismos aprendieran “vía PC” lo que consideran trascendente.

¿Desearía o más bien, PREFERIRIA Ud, amigo lector obtener un MBA en una PC antes que en un aula guiado por los mejores profesores y profesionales? ¿Sabe Ud. de alguna persona que haya aprendido algo trascendente, relevante o complejo por hipnopedia, Betamax, VHS, CD o DVD, cassetes etc. o aunque sea aun idioma de manera “decente”?

Insisto, ¿cree Ud, que sus hijos podrían aprender así siquiera un idioma, que es el nivel más básico de todos, es decir aprender a hablar?

Me refiero evidentemente a quienes desean “aprender”, a quienes desean que ellos o sus hijos sean competitivos y mejores profesionales, más que obtener o darles un cartón que respalde formalmente pero no en la realidad sus capacidades via un currículo. Si para Ud. esto no resiste un segundo análisis, ¿por qué desear esto para nuestros estudiantes en general y para los más pequeños y propagarlo a los mas pobres en especial?

Es que la inmensa posibilidad de acceder a información diversa y riquísima vía Internet a veces nos ciega y nos hace creer que quién no “sabe computación” no tiene esa posibilidad y está condenado a perecer profesionalmente. Gran error creo yo, pues debemos diferenciar el acceso a la información, del aprendizaje y del entrenamiento en “computación”, cosa que felizmente hoy es cosa muy discutible como concepto.

Durante años hemos discutido si la PC y la Internet son la vía para mejorar la educación. Discutimos entonces si los contenidos son la gran muralla que nos separa de ella y entonces le echamos a esa carencia de contenidos la culpa del fracaso de la posición pro-PC en la enseñanza simple y casi tautológica que nos invade.

Creo sinceramente que el rol de la PC y sobre todo de la Internet en las escuelas es inmenso, no me lean mal. Creo que contar con esa herramienta es un valor agregado sustancial, una ventaja para quienes pueden tenerla y una realidad educativa que debemos considerar parte indivisible del siglo XXI y promoverla, pero de allí a creer que “una laptop por alumno” es la solución o primera prioridad para nuestros problemas educativos, hay un trecho por recorrer que ningún proyecto Negroponte o Plan Huascarán podrá cubrir o acortar.

En mi opinión el rol de la PC en el aula no debe ser más que el de una herramienta que nos permita acceder a la información que Internet nos brinda, una biblioteca virtual que los profesores deben aprender a utilizar, pero esto no sustituye a un buen profesor ni es requisito para una mejor educación, amén de ser acaso el mejor reemplazo de una biblioteca hoy ausente en la inmensa mayoría de nuestras escuelas y un objetivo más razonable y económico aparte de perdurable.

La investigación, el análisis, el razonamiento y la tutoría de un profesor capacitado en lo más elemental de la educación tradicional, no mejoran ni se reemplazan con medios digitales por más avanzados que estos sean. Creo entonces que corresponde a nuestro rol especializado en “computación”, signifique lo que signifique esta muletilla, el aclarar el rol de la tecnología IT en la educación.

Veamos en esto un rol facilitador, complementario y accesorio, pero jamás fuente de mejora en sí mismo de la educación, ni una necesidad impostergable por encima de las necesidades básicas de nuestros educandos: mejor infraestructura, mejores profesores, mejores bibliotecas y hasta mejores equipos de laboratorio de física o química antes que las hipnotizantes PCs que pueden venir luego de satisfechas las capas primeras de esta especie de Jerarquía de Maslow(*) educativa. Eso les permitiría gozar de una experiencia de enseñanza y aprendizaje (educación) de manera REAL, antes que meramente virtual.

(*) Abraham Maslow: http://es.wikipedia.org/wiki/Abraham_Maslow