Tecnología y Sociedad - 2004

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“La religión de la Información”

Revista IT/Users

Información es poder, dice la sabiduría popular y en especial la del entorno IT.  ¿Quién no ha usado esa frase para convencer a sus interlocutores de la necesidad imperiosa de contar con mas recursos informáticos porque precisamente ellos nos darán mas información, mas rápidamente y por consiguiente mas poder como, por ejemplo para competir en el siglo XXI?

 Puede parecer curioso pero este principio es comúnmente aceptado sin preguntarnos un poco más acerca de su validez, su solidez lógica y su esencia misma. Pocas veces encontramos contestatarios a la tesis sobre la directa relación entre la disponibilidad de la información y el poder o la “palanca” que ello supone para quien la ostenta.

 Es en verdad interesante saber que la frase “Información es poder” termina siendo una variación del comentario del filósofo inglés Sir Francis Bacon (1561 -  1626) quien acuñó la cita  “Conocimiento es Poder” o “Sabiduría es Poder” en otra de sus acepciones probables. 

Esta última en realidad parece conectar el enunciado de Bacon con un origen Bíblico (Proverbios 24:5) donde encontramos una referencia directa entre la fuerza o poder y la sabiduría o conocimiento: 

“El hombre sabio es fuerte,

Y de pujante vigor el hombre docto.”

Por esta referencia religiosa y por la facilidad con la que aceptamos el dogma contemporáneo que afirma que la información confiere a quien la posee  un amplio poder, elegí el título de este articulo. “La religión de la Información”.

No debo hacer más referencias a las influencias religiosas en las sociedades por lo especializado de este medio, pero sobre todo porque basta con esta introducción para comenzar a cuestionarnos si la información es poder o no, si lo confiere o no, cuánto y desde cuando, cuánto le debemos etc. etc. Y es válido hacernos estas preguntas por la muy probable actividad o especialidad del lector en el campo de la Informática, el procesamiento de la información o como queramos llamarlo.

Así las cosas, podemos preguntarnos ¿Cuándo se inicia la llamada Era o Sociedad de la Información? ¿Desde la aparición del PC, desde que el primer mensaje Morse llevo información de un punto a otro o desde que el mundo entero vio y supo al mismo tiempo (fue informado) que el hombre había llegado a la luna?

Podríamos hacernos estas y mil preguntas más antes de seguir adelante pero creo que el mensaje del artículo queda claro: no es la información la que nos confiere necesariamente poder sino el uso que hagamos de ella, siempre y cuando sea relevante para nuestros fines y que sea tratada adecuadamente, claro está.

Abundando en reflexiones que vayan en línea con lo antedicho, la profusión de información no es ni un valor en si misma ni en términos de dinero, ni como generadora autónoma de riqueza o bienestar.

¿Es que algún alto ejecutivo corporativo exigiría a sus sistemas generar más información “a secas” para mejorar sus resultados, para avasallar a sus competidores?  ¿No es acaso cierto que con un torrente de información procesamos las ideas más lentamente y que la relevancia de la información es más importante que el volumen?

¿Cuál es entonces el sentido o la necesidad de tener la información al servicio de nuestras causas, cómo es que retornamos al concepto original de Sir Francis Bacon?  ¿Como dejamos atrás ese enfoque casi religioso “Información es Poder”, el mismo que influye tanto sobre la esencia misma de la información en nuestros días y nos enfocamos así en el conocimiento, vale decir la aplicación inteligente de la información y su mejor uso?

Creo que especialmente en la industria IT la información que obtenemos y procesamos está llamada a sustentar los procesos de decisión y no a conferirnos poder, siendo primero, relevante y segundo, “materia prima” para nuestro razonamiento, nuestras competencias ejecutivas, las que a su vez pueden y deben apoyarse en herramientas de avanzada como las de OLAP, Data Mining y afines, por mencionar algunas. 

Esto lo digo pensando en nuestra industria, nuestra óptica o paradigma tecnológico – empresarial y las herramientas disponibles hoy en día. Lo digo porque con la misma fe que se cree en misterios o dogmas se asume por ejemplo que hacer Data Mining en datos consolidados, compartidos con nuestros “cubos” de información y no sobre información de máximo detalle, ordenada en un modelo relevante para nuestros fines (léase nuestro rubro de negocios) produce conclusiones relevantes, conocimiento aplicable, útil. Nada más lejos de la realidad.

De modo similar las iniciativas de CRM analítico se sustentan la mayoría de las veces en información insuficiente pero más importante aún, irrelevante o incompleta, sin detalles que nos permitan deducir tendencias y predecir comportamientos del consumidor, es decir, se llevan a cabo iniciativas de CRM sin estar preparados para ello y se termina por ser parte del 75% que las estadísticas registran como iniciativas de CRM fracasadas, las que no reditúan, las que no se pagan a si mismas.

La información es valiosa si es relevante, detallada, ordenada y procesable, estas son algunas de las principales características de la misma para que lo sea y no creo que confiera poder a quien la tiene per-se, lamentablemente discrepo con ese principio, no lo hago mío

Creo que reconociendo situaciones como las descritas, entendiendo sus antecedentes y sus razones de fondo podremos ser cada vez más conscientes del rol IT en las empresas y la sociedad en su conjunto. Creo también que simplificar el análisis de su propia esencia y dogmatizar el rol de la información en nuestro entorno, puede poner a los típicamente lógicos y equilibrados profesionales IT en línea hasta con el fanatismo religioso…¿o no?